Deténgase por un momento, y escuche: Nadie es salvo por ser bueno. "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Y aún después de haber conocido a Cristo como su Salvador y Señor, este no espera que no ofendas ni a una mosca. La salvación llega exclusivamente por fe en Jesús, no por obras para que nadie se gloríe. Por ejemplo, Jacob hizo su trampiata (Génesis 25:15-39). Además, este practicó el engaño (Génesis 27:1-25). En un momento dado Jacob hasta tuvo que huir, y no porque fuera bueno (Génesis 27:43; 48:1-5). Tuvo un romance perdido, y le fue pagado con la misma moneda (Génesis 29:15-39). A pesar de todo esto, y otras cositas más, este fue exaltado a un nivel más alto (Génesis 28:10-22). ¿Por qué? 1- Jacob era efectivo (Génesis 28:18); 2- Era una persona trabajadora (Génesis 31:40); 3- A Jacob le encantaba orar (Génesis 32:9-12, 24-30); 4- Jacob fue discíplinado por Dios a través de las pruebas (Génesis 37:28; 42:36). A pesar de sus muchas debilidades, Jacob tenía muchos atributos a su favor. Primero, fue un hombre de una fe de Dios, como se dice en teología (Hebreos 11:21). Por lo tal le fue prometida la tierra santa (Génesis 31). Fue, además, bendecido con 12 hijos, que mas tarde fueron escogidos como cabecera de tribus. Así que deje de tratar de ser bueno, antes bien sea su fe aumentada, pues aunque con muchas debilidades su fe le llevará a la tierra prometida. Recuerde: nosotros somos hechos perfectos a través de Cristo, no de nosotros mismos.
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