2. Mantener al creyente bíblico en un nivel de humildad aceptable: "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exalte desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera" (2 Corintios 12:7). Uno de los grandes errores que el liderato de la iglesia auspicia es creer que cuando un cristiano está en la cuerda baja es porque está en pecado. Sin embargo, cuando profundizamos esta Escritura de marras, encontramos que la mayoría de las veces Dios las permite porque estamos demasiado comisionados en trabajo. Sin lugar a dudas, ningún otro hombre, entendemos humildemente, tuvo tanta revelaciones como Pablo. Incluso, para que su llamado como Apóstol del Señor estuviera todas las de la ley, Jesús se le apareció en persona cuando este iba camino a Damasco a arrestar a los judíos de allí, y llevarlos a Jerusalén para enjuiciarlos. Moraleja: "Satanás no pierde mucho tiempo con los que ya están en su ejército; él a quienes odia, y busca destruir, a los que son fieles a Cristo". Por lo tanto, mi amado hermano, si entre más buscas del Señor, más pruebas tienes, tenga entendido que algo bueno está haciendo para el Señor, que a Satanás no le agrada. ¿Qué debemos hacer? Que el maligno siga endemoniao. 3. El enemigo de las almas busca crear conflictos entre los creyentes de tal manera que estos no lleguen hasta la FIESTA DE PREMIACIÓN que el Señor tiene para los vencedores. Les conviene a todos leer: Juan 2:13; 4:1-6; Apocalipsis 2:7, 11, 26-28; 3:5, 12, 21.
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