Somos de opinion que no se puede. En la primavera del 1944 en una comunidad judía en Europa una madre estaba en fila con su hijo de 5 años de edad. A las madres se les perdonaba la vida para que trabajaran como esclavas. Esta madre en la fila le pidió al official a cargo de ella que salvara la vida de su hijo. El official miró al niño con delicadesa, lo tomó en sus brazos y lo estrelló contra la pared de concreto...hasta que explotó. A Helena Frank Holits, según nuestras notas, le dijeron que iba a caminar, hasta que murieran. Esta vueltecita duró 106 días corridos, desde enero hasta mayo 1945: 800 kilómetros en total. Helena fue una de las que tuvieron suerte de sobrevivir. 1,000,000 de niños fueron asesinados en los botes, cámaras de gas, pelas, frizados por el frío, y por la hambruna. Y no murieron más debido a que hubieron muchos heroes cristianos que se arriesgaron a salvar a muchos más. En 1936 solo habían 440,000 judíos habitando la tierra que Dio exclusivamente a ellos. Aún los más fieles creyentes pensaban que jamás la nación de Israel sobreviría. Tal parece se habían olvidado de la promesa de Isaías 60:9-11. que lee: "Ciertamente a mí esperarán las islas, y las naves de Tarsis desde el principio, PARA TRAER A SUS HIJOS (A Israel) DE LEJOS, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu Dios, y al SANTO DE ISRAEL (JESÚS), que te ha glorificado. Y los hijos de los extranjeros edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira te herí, más en mi buena voluntad tender de ti misericordia". Para que esta profecía se pueda cumplir en su totalidad Israel tenía que estar como dueña de su tierra, como ocurrió el 14 de mayo, 1948. Ya la profecía de Isaías 61:2 la hemos estado anunciando y viviendo. Si, viviendo, porque el creyente bíblico no tiene que ver todo físicamente para disfrutarlo. Claro, si vemos gran parte físicamente (como en la actualidad), mucho major. Eso quiere decir que el Reloj Profético va a las millas. Acepta a Cristo como tu Salvador y Señor para que seas parte de esa población. Dile al Señor: Soy un picador, pero hoy te recibo como mi Salvador y Señor, y prometo servirte con lo major de mis fuerzas. Si has hecho esa simple oración de todo corazón, eres salvo. Visita una iglesia donde la Biblia sea la única regla de fe. Voy a ti siempre, siempre, siempre.
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