Puede ser el lugar menos esperado, aún un desierto, pero si estás en sintomía, lo lograrás. El centurion frente a la cruz entendió que Jesús estaba fuera de liga: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Marcos 15:39). María Magdalena se encontró con Cristo mientras lloraba en su tumba (Juan 20:11-18). Creofas y su compañero en el camino a Emaus vieron a Cristo partir erl pan (Lucas 24:13-35). Pedro estaba a la orilla del mar, y allí pudo ver a Jesús en vivo y a todo color (Juan 21:1-14). Hoy tú puedes tener esa misma experiencia si le entregas tu vida a Él. Dile: Señor, sé que soy un picador, que no me puedo salvar a mí mismo, pero hoy te recibo como mi Salvador y Señor. Si lo has hecho, eres salvo. Voy a ti siempre, siempre, siempre.....
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