El continente más pequeño del Planeta Tierra, pero según los expertos el de más altura, ha tomado una decisión valiente, bíblica, que a la larga secibirá mucha bendición. Dios dijo en la profecía de marras que el que bendijera a Israel sería bendecido, pero el que le maldijera será maldecido. El corte noticioso que nos llegó unos días atrás cita a que Australia se propone este mes de septiembre, 2011 solidarisarce con Israel en la III Conferencia de Durban de las Naciones Unidas. Esta se une a Estados Unidos, Netherlands, Israel y República Checa. Si usted no lo cree, busque el conteo final de la votación para establecer la nación de Israel, y notará que las naciones que le votaron en contra han tenido penurias, en lugar de aciertos. Dios cumple lo que dijo: Bendiciones para los que bendigan a Israel; maldiciones para los que busquen su mal. Por más de 1,000 años los árabes y sus amigos tuvieron a Israel es sus manos, y la tierra no le produjo nada, el desierto era eso: inutil para producir flores. Llego Jesús, digo, la nación de Israel, y todo cambió para bien, no solo de Israel, sino para todas las naciones del mundo. www.aguiladereformacion.com
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