Tuesday, February 1, 2011

No es cierto que venimos a este mundo a ser unos derrotados

el afamado evangelista Bobby Conner desde el vientre de su madre parecía que estaba destinado a ser un parria. Cuando estaba en la barriga de su madre los doctores le dijeron que el niño podría tener la misma enfermedad venerea que mató a su padre. La madre de Conner trató hacerse ella misma un aborto con un gancho de ropa. Dios protegió a Conner desde el vientre de su madre, pues un ser humano es desde la cocepción. Criándose en la pobreza al este de Texas, el evangelista se lanzó a una vida de drogas y alcohol con el fin de tener un escape.  Cuando cayó en prisión, este limpió su vida, y se casó en el 1968. Sin una relación con Dios, aún se sentía vacio. Un día, luego de dejar a su esposa y su hija en la iglesia, condujo su auto por un trecho, lo parqueó, sacó un revolver colocándoselo en la boca. De momento, este empezó a llorar y a temblar. Dándose por entendido de que no debía quitarse la visa, puso el arma de fuego a un lado, y condujo se auto de regreso a la iglesia. Mientras iba de regreso al templo, este oró a Dios, diciéndole al Señor: "Jesús, si puedes, ¿podrías cambiar mi vida?" Cuando arribó a la iglesia su esposa e hija estaban orando con el pastor por la salvación de Bobby. El resto es historia: Cristo siempre lo mejor para ti, y te trajo a este mundo para ser un victorioso. lo único que tenemos que hacer confiar en las promesas del Señor, hacerlas suyas cada día del año. Cuando menos te lo espera, algo grande te envía el Señor. Si no conoces a Cristo, lo puedes hacer ahora mismo. Dile: "Señor, sé que soy un pecador, que no me puedo salvar a mí mismo, pero hoy te recibo como mi Salvador y Señor, y prometo servirte con lo mejor de mis fuerzas". Si has hecho esa decisión de todo corazón, eres salvo de tu culpa. Visita una iglesia donde la Biblia sea la única regla de fe. Escuchanos por: www.aguiladereformación.com.

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