Wednesday, August 15, 2012

Se nos apareció a Jacobo, más tarde a los apóstoles

"Luego apareció a Jacobo, más tarde a los apóstoles, y por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció a mí también" (1 Corintios 15:7). Los griegos eran gente que miraban más a la mitología, que a los palpable. Ellos no creían en tal aberración como la resurrección del cuepo (Hechos 17:32 merece observación). Pensaban que para subir de rango el alma tenía que escapar del cuerpo, pues este era una especie de sepultura para algo inmortal. Vemos que Pablo estaba más adelantado, y tenía un evangelio completo, que incluye perdón de los pecados, la resurrección física de Cristo, y el regreso de todo lo creado a la gloria de cuando fue el principio de todas las cosas. Pero, nuestro amado hermano Pablo, al ser dotado personalmente de todo este evangelio, se humilla hasta lo sumo (como debe ser), entrando la expresión "como a uno nacido fuera de tiempo". Pablo se encontró tan poca cosa luego de haber perseguido a los cristianos, que se describió asímismo como un que fue abortado y que por la gracia de Dios se le permitió vivir, y ahora todo esto. La conversión de un judío devoto como el apóstol era algo inexplicable, a menos que Cristo no se le presentara en persona. Esto lo demuestra la Escritura de Hechos 9:22-23, que lee: "Pero Saulo cobraba cada día más fuerza y confundía a los judíos que vivían en Damasco, demostrándoles que Jesús era el Mesías. Después de muchos días, los judíos se pusieron de acuerdo para hacerlo desaparecer". El que lo llamó para un ministerio especial entre los gentiles se encargó de su seguridad. Mi madre, hermano, que clase de fuerza de seguridad. Amigo y hermano, si te encuentras como si estuvieras en una callejón sin salida, tengo buenas noticias para ti: El mismo que se encargó de la seguridad de Pablo, se encargará de la tuya. Desde entonces, seremos como el 69, comoquiera que caigamos, estamos de pie. Voy a ti siempre, siempre, siempre.

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