Sunday, April 17, 2011

Pantalos largos entre ls hombres: irreverentes en tiempos de Finney

Los que hoy ponen tantos enfasis sobre cómo vestir los hermanos deben conocer los tiempos de Charles Finney, uno de los grandes hombres de Dios en la historia de la iglesia. Este fue un abogado que empezó a leer la Biblia después de notar muchas referencias de esta que se hacían en sus libros de leyes. Después de convertirse a Cristo en el 1824, se dedicó al evangelismo teniendo un estilo único para ese entonces de predicar el evangelio con mucha alegría. En sus prédicas habían gritos, quejidos, lloros y la gente caía al suelo en sus servicios bajo el poder del Espíritu Santo. Finney fue quien moldeó los avivamientos modernos, insistiendo que las iglesias locales debían envolverse en sus cultos, orar con los nuevos creyentes, y dar seguimiento a los recien convertidos, enseñándoles la Biblia. Hace un tiempo leí una experiencia existente en los tiempos de Finney. Resulta que para esos tiempos no se le permitía a un ministro predicar desde el púlpito si vestía pantalones largos. Eso era considerado como algo poco sanro, indeseable. Cuenta la historia escrita por él que en una ocasión llegó a su iglesia un predicador de mucha fama para el mensaje principal. Este llegó al templo vistiendo pantalones largos, por lo que no se le permitió subir a la tarima hasta que se le consiguiera unos pantalones cortos, que fuera más digno para un predicador de Dios. Cuando le consiguieron el pantalón corto, resultó que el tamaño no era el correcto, apretados. Pero, los feligrosos lo consideraban más de acuerdo a los que es santo, aunque le quedaran demasiado entallados. Finney se convirtió en el 1824, por lo que consideramos que el uso de pantalones largos es algo moderno. Los que han visto películas sobre los tiempos antiguos, aún para los tiempos de Martín Lutero, los hombres de distinción e importancia entre la población vestían con pantalones cortos. Aún en nuestro teimpo hay países donde la vestimenta de gala es con pantalones cortos. En el país donde primero llega las 12 de la media noche, así viste. En Europa en ocasiones especiales los hombres visten con faldas. En los tiempos desde Abraham, hasta Jesús, los hombres y las mujers vestían más menos igual. En los países árabes aún sigue esa practica. Como dice el refrán: "El habito no hace al monge, solo lo ayuda". La Biblia solo habla de no vestir ropa carísima, ni peinados ostentosos. Las iglesias que prohibén ciertas vestimenta entre las damas, como que no son solo para hombres, no sabe de que está hablando, no ha leído la historia del pueblo de Dios, mucho menos la Biblia profundamente. Vestir un pantalón, largo o corto, una cotana lara o corta, no lo hace ni un millonésima más santo a nadie. Es lo que hay en el corazón..... Escuche nuestra emisora: www.aguiladereformacion.com

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