"Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre TODA CARNE, y vuestros HIJOS, y vuestras HIJAS PROFETIZARÁN; VUESTROS jóvenes VERÁN visiones, Y VUESTROS ANCIANOS SOÑARÁN SUEÑOS" (Hechos 2:17). Nos enteramos de un bello sueño que una anciana tuvo con tres mujeres que estaban orando. Estando estas de rodillas ocurrió lo más natural, el Señor se le apareció en persona. A la primera con dulzura le habló con ternura; a la segunda simplemente le puso su mano sobre su cabeza, y la miró dejándole saber que aprobaba lo que hacía; a la tercera ni se le acercó, pasando abruptamente hacia adelante, sin mirarla. Usted dirá, la primera estaba completa y la segunda igual. La tercera debe reconciliarse con Dios. El Pastor debe aplicarle tres meses de disciplina. Nada, muchos mal interpretan las acciones del Señor. Las dos primeras recibieron lo que necesitaban: Ternura y una palmadita para decirles que todo estaba bien. Sin embargo, a la tercera, que supuestamente el Señor la ignore tenía una necesidad diferente: El Señor le tenía un trabajo demasiado fuerte y peligroso, con sus grandes riesgos físicos. Al Señor ignorarla era un reconocimiento, no un castigo o reprensión. Resulta que esta conocía al Señor tan intimamente que lo único que necesitaba era hacer el próximo proyecto. En resumen: la tercera tenía una fe superior y un amor de más calidad.....estaba completa. ¿Cuál de las tres quieres ser? Voy a ti siempre, siempre, siempre.
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