En Medio Oriente existe un lugar muy peculiar. Resulta que en un vertedero inmenso el gobierno tiene empleados que clasificando los desperdicios de toda el áreae servicio. Esas inmensas columnas de los diferentes desperdiciostenían un edor insoportable. Sin embargo, en medio de todo ese escenario había una iglesia cristiana que cuando se entraba a ella la atmósfera en en ese lugar de adoración a Dios hacía olvidar os malos olores afuera. Para hacer ese lugar más Divino la gente pobre que adoraba a Jesús allí le ofrecía a los visitantes parte de la hogaza ue tenían para comer. Esto nos hace sentir más felices porque nuestro eterno mensaje por muchos años ha sido que el verdadero y mayor gozo de un creyente no está en lo queecibe de Dios, sino en lo que ofrece a otros en su nombre, en el nombre de Dios. No hay tal cosa de que una persona convertida no tengalgo palpable para ofrecer a otros en el nombre de Jesús. Como decía el Apóstol Pablo: "Ciertamente, para Dios somos el fragante aroma de Cristo, tanto en los que se salvan como en los que se pierden. Voy a ti siempre, siempre, siempre.
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