Friday, March 2, 2012

Soy un adicto espiritual a las devociones diarias de Abraham Lincoln

Lincoln una vez señaló: "Yo creo que soy un humilde siervo en las manos que nuestro Padre Celestial. Yo deseo que todos mis actos y obras estén de acuerdo a su voluntad". La reflexión de Lincoln para un día como hoy, marzo 2, 2012, fue titulada "La porciUn de Dios del creyente'. Se basa en la
Escritura de Salmo 73:26, que lee: "Mi carne y mi corazón desfallecen; más la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre". Lo que el salmista Asaf quería decir que su carne y corazón pronto dejarían de ser por razones naturales al hombre, pues este tiene un limite de vida en esta tierra. Sin embargo, luego de haber terminado su peregrinación en este planeta, Jehová Dios seguía siendo su porción por toda la eternidad. El siguiente versículo (27) nos presenta la sentencia para aquellos que no esperan en Jehová: Todos perecerán. Abraham Lincoln tenía esta esperanza, y su testimonio diario revela que conocía que esta vida no es el fin del hombre, sino el preincipio de una eternidad. Y solo hay dos destinos para esa eternidad: 1) Las mansiones que Cristo fue a preparar para los suyos (Juan 14:1-6). Daniel lo ponía de esta manera: "Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad" (12:3);  2) Los que no tienen a Cristo en su memoria, la Escritura de Malaquías 4:1 aplica: "Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendráa los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos; y no les dejará ni raíz ni rama:. Voy a ti siempre, siempre, siempre.

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