Tuesday, January 24, 2012

!Aún un pequeño ejemplo puede ser un gran paso en la obra de Dios!

Se cree que Williams Adams (1564-1620) fue el primer inglés que llegó a Japón. Impresionó tanto a las autoridades japonesas que de inmediato lo emplearon como su interprete acá en el Occidente. Su trabajo lo llevó a ser premiado con dos espadas, con rasngo de Sumurái. Esto demostraba la reverencia que su nueva tierra le tenía. Estudiando los Propfetas Menores en estas últimas semanas me topé con un hombre que también impresionó en el extranjero. Me refiero al Profeta Nehemías. Su estima llegó a ser tan alta que el rey lo nombró copero del rey (Nehemías 1:11). Ser copero del rey no solo era servirle al rey el mejor vino, sino que tenía una asignación exclusiva. Al rey de turno no le podía llegar una bebida directamente. El copero en toda la corte del rey tenía que tomar primero el vino que tomaría su majestad. O sea, el copero tenía que proteger al rey y su corte de aquellos que buscaban hacerle daño al rey. Nos parece que varias cosas llevaron al extranjero Nehenías a ser el copnfidente de su majestad. Algunos fueron su su sabio consejo, su integridad, su capacidad administrativa, y su sabiduría. Aunque el trabajo del Profeta Nehemías era uno secular, su fidelidad a Dios aún en ese ambiente provocó una bendición inmensa para toda la casa de Dios. Este logró que los muros de Jerusalén fueran reconstruidos. El creyente debe ser fiel a aquel que le permita ganarse el pan de su familia en forma digna de su fe, porque esto trae que muchos otros reciban bendición de Dios. www.aguiladereformacion.com

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