Ni los envueltos, ni los que nos enteramos a través de los medios, jamás podremos olvidar aquel 15 de enero de 2009, cuando los 155 pasajeros del vuelo de US Airways 1549 pensaron que perecerían, que sus sueños y metas habían llegado a su fin. Antes una pared de gansos volando alto, con resultado de que ambos motores se apagaron, todo se convirtió en una despedida. Pero, había un Capitán que no se rendía, aunque fuera una ciudad densamente poblada. Amárrence, ordenó este, pues vamos a planear en segundos. 90 segundos luego eso ocurrió sobre el Rio Hudson. Nosotros pasamos parte de nuestra niñez en la ribera de ese río, pero del lado de Jersey City, y conocemos de primera mano las aguas heladas de ese afluente gigante. De inmediato la aereonave fue rodeada de embarcaciones de alta mar, logrando salvar no solo a los 155 pasajeros, sino también a la tripulación. Claro, todos los elogios fueron para el Capitan y su tripulación. Y no era para menos...lo merecían. Ahora, el mensaje que durará toda una eternidad es la que dijo un pasajero: "Tenemos una segunda oportunidad en la vida". Muchas veces cometemos errores en la vida que creemos que jamás seremos victoriosos, felices. Otras veces es a la inversa: los que nos rodean dicen que somos una basura, que no merecemos una segunda oportunidad. Gracias al Padre que nuestro salvador no fue así cuando Pedro le falló. Dice la Biblia que Jesús lo miró con amor, y le dijo: "Apacienta mis ovejas". El resto es historia. Las experiencias negativas en la mayoría de las veces nos lleva a ser mejores personas, y en lo espiritual mejores siervos del que vive para siempre. Voy a ti siempre, siempre, siempre.....
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