Leí recientemente la historia sobre el proyecto de Mark Bent. Este gasto $250,000 en desarrollar y fabricar una linterna solar que estuviera al alcance del más pobre. Miles de estas han sido destribuidas gratuitamente, o a bajo costo, para personas que viven en campos de refugio e Africa. Una pequeña carga solar diaria provee siete horas de pefecta luz. Ya en hogares, escuela y hospitales se benefician de este invento. Como los campos de concentración de Africa antes del moderno invento, los hombres estaban en tinieblas espirituales. Eso fue lo que quiso decir el Profeta Isaías, cuando escribió: "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos" (9:2). Cuando esa profecía se cumplió en Cristo, un día de Pentecostés el Espíritu Santo trajo a la luz el gran proyecto de Jesús: La Iglesia del Señor. Desde entonces, esas linternas han ido por todo el mundo ofreciendo al hombre a cambiar sus tinieblas por la luz de Cristo. En Filipenses 2:15 leemos: "Hijo de Dios sin mancha en (...) una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecúis como luminares". Voy a ti siempre, siempre, siempre.....
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