Muchas veces nuestra celebración de "Día de Acción de Gracias" como que no es feliz. Mientras pueden haber notas positivas, las enfermedades de seres queridos nos niega la felicidad del día. Celebramos que los más jovenes de la familia tengan profesiones que ayudan a la calidad de vida de muchas personas, no podemos negar que los muchos años, y los achaques que estos traen, nos preguntamos cuantos años más podremos celebrar con papá y mamá esta festividad del último jueves de noviembre. La enfermedad tal vez la podemos definir como algo que está fuera de lugar. Pero, es esa enfermedad la que nos recuerda que pronto viene un día cuando el Creador pondrá todo en orden. Cuando Juan el Bautista quiso conocer si Jesús era la promesa esperada para la salvación de su pueblo, el Maestro le envió a decir a Juan: "Id, y haced saber a Juan...: Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, y a los pobres es anunciado el evangeli" (Lucas 7:20-22). Los ciegos representan aquellos que no tienen la esperanza de vida eterna; los cojos son los que siguen caminos falsos para llegar al cielo, mientras que los leprosos dibujan a aquellos que estiman que los males que hoy sufrimos no tiene cura. Todos estos negativos los usó Jesús para decirnos que lo negativo de hoy acusa que viene en camino pronto aquel que reparará todo, trayendo un nuevo orden de cosas. Malaquías 4:2 lo dice mejor: "Más a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de Justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada". Voy a ti siempre, siempre, siempre.
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