Los que acostumbran ir a los polígonos para practicar el tiro al blanco saben de qué estamos hablando. No es raro que cuando usted tiene su arma en sus manos, la mira esté mal alineada. Eso quiere decir que si usted dispara hacia el centro del blanco, si la mira del arma está demasiado baja, jamás la bala dará en el centro. O sea, que un veterano en esas lides, cuando el encargado del polígono le da las armas, debe examinar si la mira está alineada de la forma correcta hacia el objetivo. En la vida cristiana tenemos una situación similar. Apuntamos hacia el centro del blanco, nuestro Señor, pero como que no nos concentramos en cómo está nuestra mira. Como en la practica del tiro al blanco hace necesaria la mucha y agotadora practica, en la vida espiritual el creyente debe esmerarse en cada día ser mejor atleta. Más o menos eso es lo que quizo decir el Apóstol Pablo a la iglesia de Corinto, cuando les escribió: "Examináos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, a menos que eséis reprobados? Más espero que que conoceréis que nosotros no estamos reprobados" (2 Corintios 13:5-6). Voy a ti siempre, siempre, siempre.....
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