Un desmayo le salvó la vida a este famoso pastor

Esta semana se cumplió otro aniversario del culto en la Iglesia de Alejandría, Egipto, el 8 de febrero, 356, cuandso tropas armadas se hicieron paso en medio del servicio cuya misión era capturar un pastor que no tenía armas: Anastasio. Este es uno de los hombres más honrados de la historia, pero en ese momento no era bien visto por el Emperador Constantino. Este Emperador era el hijo de Constantino el Grande, y respaldaba la doctrina Ariana, una enseñanza que Jesús no era un Dios completo. En ewl Concilio de Nicea un tiempo antes había rechazado esa creencia, y Atanasio había sido la voz cantante en ese evento. Los Arianos ansiaban llegar a el por su parte en su derrota anterior. Dos veces antes lo habían enviado al exilio, pero esta vez buscarían asesinarle. Los monges de Atanasio le pidieron que huyera, pero el no aceptó su consejo. Aún cuando la tropas entraron al templo el se mantuvo atado a su asiente, y se aseguró que toda la gente suya hubiera salido del lugar.  Atanasio salvó su vida por una condición física: El no estaba acostumbrado a ver sangre, por lo que se desmayó cuando la vio. Sus sirvientes cristianos lo cargaron inconciente fuera del edificio. Por tercera vez Atanasio fue al exilio. Y no sería su último. En aquellos ser teólogo no era nada facil, ni seguro para seguir con vida. Otros se hubieran rendido con dos exilios, pero Atanasio resistió siete exilios. A travé de todos ellos persistió en confesar que Cristo era Divino totalmente. Sobre ello el ponía su vida a disposición de sus enemigos, los de Cristo también. Otro problema para Atanasio era su rostro como de niño (babyface). Para ser Obispo debía tener 30 años de edad, y el no los parecía. También era tan humilde que no quería ser Obispo. Tanto, que cuando Alejandro, su obispo moribundo, lo llamó, envió a otro hombre que también se llamaba Atanasio. En su cuarto exilio ya estaba en sus 60s abriles, pero nunca se quitó de trabajar por Cristo, en el puesto que Dios escogiera para él. Felíz cumpleaños para este gigante de la fe. Voy a ti siempre, siempre, siempre.