Wednesday, February 8, 2012

Un sacrificio equivocado no limpia el alma del pecado.....

El caso de Caín y Abel, los primeros dos hijos de Adán y Eva, son un ejemplo de eso. Caín, dice la Biblia eb Génesis 4, trajo una ofrenda a Jehová del fruto de la tierra, pero no fue acepta al Padre. ¿Por qué? Sencillo, el producto de algo maldecido no puede quitar la maldición. Si usted lee las Escrituras de Levítico 27, y Números 18:12-14  notará que el producto de la tierra eran aceptados por Dios como diezmos y ofrendas para sostener el ministerio, pero estas jamás pudieron ser un símbolo del sacrificio resdentor de Jesus, que quita el pecado del mundo. Hebreos 9:22 dice: "Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamento de sangre no hay remisión de pecado". Lo que dijo Jesús en Mateo 26:28, es exactamente lo que profetizó Levítico 17:11, donde leemos: Por la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona". En otras palabras: Levitico 17:11 es una profecía de Mateo 26:28, donde Jesús estaba hablando de su muerte en la cruz. En resumen, para agradar a Dios hay que traer el sacrificio apropiado para la ocasión. El agua, el fuego y el incienso también era usados para purificar, especialmente entre los pobres (Ex.19:10; Lev.15:5; Núm. 16:46-47). Trae hoy a Dios el sacrificio que el quiere de ti: Tú. Voy a ti siempre, siempre, siempre.

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